A
TI ME ENTREGO
Me
recorres con un halo vaporoso que eriza hasta mis huellas
y
eleva entre las cimas al halcón en su revuelo,
sobrepasando
locamente mis encajes
que
van cayendo ante el contacto de tus besos.
Mordisqueando
suavemente con tu lengua mis lunares,
despacito,
agonizantes mis requiebros,
aprietas
con tus manos invisibles mis ajuares,
mientras
poseída en la memoria a ti me entrego.
Voy
cayendo entre las llamas de tu infierno,
con
la humedad inundando ya mi dermis,
dos
cristales oblicuos hacia el cielo
que
materializan en el acto tu recuerdo.