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jueves, 28 de junio de 2018

¿Es la vida un paso a la muerte o la muerte un paso a la vida?

DIVAGACIONES SOBRE LA VIDA  
 Y LA MUERTE

¿Es la vida un paso a la muerte o la muerte un paso a la vida?

Azucena, una joven de mediana edad, nunca había tenido la experiencia de ver a una persona fallecer. Hija de un hombre muy bueno que había dedicado su vida a hacer el bien  y compartir lo que tenía sin importar los malos tratos que en ocasiones recibía de envidiosos vecinos que querían obstaculizar su fe  y sus buenas obras, hasta que la enfermedad y el verse postrado a una cama, lo obligó a detenerse ante el mundo  y empezar a mirar en otra dirección. 

Fue en esta etapa, cuando la joven confirmaba algunas observaciones sobre su vida espiritual.  Siempre había experimentado por lecciones propias, que había algo más allá después de la muerte  y que una divina espiritualidad se manifestaba ante ella, mediante diversas señales que por momentos se tornaban confusas. 

Durante la enfermedad de su padre, estas señales no se hicieron esperar.  Un divino olor a rosas sobrevolaba la  habitación por la madrugada, sin haber siquiera, una flor en los alrededores y una flauta tocaba una dulce melodía en la oscuridad. Era todo un fenómeno que solo algunos allegados podían percibir  y como ésta, algunas otras manifestaciones que se guardaría con todo respeto para su vida. Pero quizás, lo más sorprendente, fue el hecho de que el enfermo era instruido por una mujer que describía como bellísima, la cual le indicaba cuando sería el día de su descanso. Además, su padre mencionaba que cuatro centinelas custodiaban su cama.

Azucena supo concretamente a través de sus palabras, que la siguiente semana sería su partida  y toda la familia, seguros de ello, intentaron prepararse para tan difícil momento, tanto interior como económicamente.

Cuando su padre falleció, lo hizo con una sonrisa y una luz en el rostro.  Su esposa e hijos alrededor de su cama, de los cuales se despidió, uno a uno, con una dulce mirada, mientras su corazón se iba deteniendo lentamente y él iba posicionando sin ayuda alguna sus manos y piernas, adecuadamente para partir.

Hubo en aquella habitación una sensación de portal abierto que conducía a otro mundo y el cual estaba tan lleno de paz, que daban ganas de viajar por allí también, en ese momento.

Azucena, tuvo que resistirse a aquella puerta, ya que con su madre en los brazos implorando se la llevara con él, necesitó dejar salir sus consoladoras  palabras y cortar el vínculo que sentía con la muerte.

Entonces… 

¿Su padre había vivido para morir y por ello se iba tan feliz? o 
¿Estaba muriendo para empezar a vivir algo que desde ya lo llenaba de felicidad?

Hay quienes piensan que la vida solo es un castigo, un estado transitorio en el que venimos a sufrir y después de muchas tragedias nos convertimos en nada, incluso, algunos piensan que pasamos a ser materia, un animal, tierra o hasta una planta. ¿Qué propósito tendría nacer para renovarnos en una planta? ¿Ser devorados para volver a nacer en personas? Tendría esto  sentido para la humanidad ,cuyo final no existiría, pues siempre seríamos parte de algo: incluso, nos convertiríamos en polvo de estrellas sobrevolando, de manera que comprueba que nunca moriste, solamente abandonaste el cuerpo  anterior para vivir en otro.  

Y si sencillamente piensas que viniste solo a morir  y convertirte en “nada”, ¿Para qué viviste?  Quizás siempre estuviste muerto, solo que tenías la facultad de caminar  y expresar tu inconformidad con las cosas que viste  y que para ti, nunca tuvieron otro sentido que acabar siendo “nada”  y después de ese nada comienzas a vivir realmente tu propósito. Ser parte de una “nada” en la que nunca fuiste “nada” porque sencillamente no creíste que lo fueras. Lo que quiere decir que tú no existes ni exististe nunca, porque tu mente ni siquiera aceptó que tuvieras un propósito.

Otros pensamos que la vida es un estado de felicidad y a pesar de las lágrimas siempre hay una esperanza porque más allá de lo que llamamos “muerte” existe un cielo. Un paraíso terrenal que será reconstruido y allí volveremos a tener nuevos cuerpos y de alguna manera nos reencontraremos con nuestros seres amados, lo que significa que tampoco morimos, simplemente cambiamos de cuerpo en otra dimensión más espiritual donde se habla de una eternidad. Estamos seguros de vivir después de la muerte.

Entonces… 

¿Estuvimos los seres humanos vivos realmente? 
¿Empezamos a vivir después de morir?

Yo creo que esto más que una simple divagación es un estado de reflexión.

¿Quiero vivir para morir? 
¿Quiero morir para seguir viviendo?

Todos quisiéramos ser inmortales, pero vivir para morir no tiene sentido. Más allá de un asunto espiritual y religioso que respeto sobre todas las cosas, creo que sin importar si vives después de morir, lo cual sería el destino más hermoso, lo importante y lógico es que no vivamos solo para morir.
Tenemos plena conciencia de que esta vida corpórea es única  y por lo tanto que bello sería, si todos viviéramos para vivir y no para morir.

Vivir para seguir viviendo. Seguir viviendo en el grato recuerdo de los que quedan en esta tierra, seguir viviendo a través de nuestro ejemplo, de nuestras buenas obras, seguir viviendo en el pensamiento diario de los hijos, de los padres, de las comunidades o de las naciones. 

Presidentes que sigan viviendo en el recuerdo, como portadores de paz, como ejemplos de amor a los pobres, de inversionistas en la lucha contra el cáncer y el sida. Creadores de verdaderas guerras internas contra el hambre y la crueldad.

Eso sería vivir. Vivir para seguir viviendo sin importar que haya después de la muerte.

martes, 26 de junio de 2018

¿CUÁNTO DURA UN SUEÑO DE AMOR? (Prosa)

¿CUÁNTO DURA UN SUEÑO DE AMOR? 

Con frecuencia soñar con amor es fácil, pero…

¿Hasta cuándo duran los sueños?
¡No lo sé!

Quizás, hasta que la decepción nos inunda la vida y nos deja caer en picada en un abismo de desesperación.

Amanda, era una joven como cualquier otra. 

Con normalidad gustaba admirar las pequeñas cosas de la vida.

Proveniente de un hogar humilde, ella soñaba como cualquier joven lo haría. En su cabeza cobraban vida los cuentos de hadas y aunque, creció consciente de no esperar castillos ni joyas, había una cosa que Amanda, sí, esperaba encontrar: Su príncipe azul.

Sabía plenamente que si lo encontraba seguiría una vida feliz. Lucharían por un mismo sueño  y construirían un castillo hecho de amor  y comprensión, pero eso, jamás llegó.

Todos los ideales que había construido para su vida, se desplomaron de un tajo, el día que conoció al que creyó sería el indicado.

Tenía tantas ganas de compartir su plenitud que todo le parecía maravilloso  y fácil de alcanzar, pero su príncipe sombrío, empezó a cubrirlo todo con su oscuridad. 

Empezó una lucha trivial que consumía día con día la luz de Amanda y la época lluviosa empezó a hacer juego con sus lágrimas.

-La batalla mental entre la realidad y la fantasía.

-El despertar de los sueños.

Le tomó casi nueve años de agresiones y humillaciones comprender que los sueños están tan lejos de la realidad.

Casi siempre soñamos cosas que involucran a otras personas de manera directa,  hacemos planes, detenemos el mundo para que este nos mire, pero no…, los sueños seguirán siendo sueños, intangibles, sin horario ni punto de llegada. 

No debes soñar sobre los planes de otro. Debes construir tus sueños con cosas alcanzables, con metas cortas que sean peldaño para un gran propósito. Cosas que te involucren solo a ti  y que realmente puedas obtener o simplemente dejarlo ir sin ninguna herida.

Soñar con la pareja perfecta para cada uno ¿Quién no lo hace? Pero no debemos permitir que esto nos ciegue. El ser humano es imperfecto por naturaleza  y aunque esto exalta nuestra belleza, pues interviene en la variación  y el gusto, sabemos que representa un verdadero problema en asuntos de relaciones.

Es muy fácil amar las virtudes de otro, pero has escuchado decir a alguien: 

– “Yo te amo porque eres desordenado”. 
– “Yo te amo porque te vas de fiesta los sábados y me dejas en casa” 
– “Yo te amo porque no cocinas ni un huevo…”

¡Claro que no! 

Son cosas que no decimos, pero increíblemente aprendemos a vivir con ellas e incluso, hacemos como que no existen:

–“Yo te amo y me gusta todo de ti… ”, 

¡Exclamamos! 

Aunque por dentro deseamos decirle:

–“Mira,  mi modelo de príncipe azul era super ordenado” 

–“mira, mi modelo de princesa es que anduvieras todo el tiempo bien arreglada” 

Pero son cosas que no están en nuestras manos manipular  y se llaman realidades. 

Por ejemplo, en las relaciones a distancia:

-Es una realidad que en este tipo de relaciones las personas se conocen más interiormente pues se expresan con una mayor apertura  y su única opción es el diálogo, algo que increíblemente no hacen los que lo tienen todo a su lado, incluyendo una vida sexual.

-Es una realidad el hecho de que cuando conozcamos esa persona puede no encajar para nada en el modelo que ha creado nuestro cerebro  y puede no llegar a ser grato el encuentro si la persona no fue transparente durante el tiempo que trataron por teléfono, vídeo o chat.

-Es un sueño pensar que será tal como la imaginamos.

-Es un sueño creer que podrás conocerle pues todavía no sucede y pueden interferir muchos factores, incluyendo la mentira.

Entonces ¿Cuánto duran los sueños de amor? ¿Realmente existe esa persona que vaya en el mismo renglón de tu sueño? 

Hay quienes soñar con amores imposibles les llena la vida y les da motivos para seguir viviendo, a otros les gusta jugar con las emociones, hacer trizas los corazones soñadores de las personas y hay quienes soñar con amor les deja un gran vacío, precisamente por el deseo de conseguirlo, la gran capacidad de amar y la imposibilidad de tenerle. 

¿Realmente vale la pena?

Seguirá siendo una pregunta muy personal y diferente para cada situación, quizás hasta que la realidad nos oprima  y nos obligue a despertar o hasta que un golpe de suerte nos lleve a encontrar en el amor, también, legítima felicidad.









jueves, 21 de junio de 2018

¡CÓMO NO PENSAR EN TI...! (Dueto improvisado: Elena Guerrero & Rosa de la Aurora)

¡CÓMO NO PENSAR EN TI...!

 Elena Guerrero (Letr. moradas) Argentina.
Rosa de la Aurora (Letr. Celeste) Costa Rica.

¡Cómo no pensar en ti…!

Si tu loca travesura
se esconde entre mi risa
improvisando versos
que sonrojan mis mejillas.

Si endulzas mi alma con tus letras.
Si alegras mi corazón
dibujando una sonrisa con tu nombre.
Aderezando mi día…

Dime… ¡Cómo no pensar en ti…!

Si este deseo clandestino
dibuja por mi blusa,
los besos que recibo
de un cachito de tu luna.

Si cada amanecer,
veo el reflejo del sol,
en tu sien  y tus bellos ojos
los cuales con ternura
me dicen – Te amo.

¡Cómo no pensar en ti…!

Cuando eres un anhelo sin olvido
y en cada ventana de mi corazón,
has prendado sueños
que me robaron el amor.

Si cada atardecer
nuestra confidente luna,
nos seduce,
con su manto tenue
y cada estrella es un abrazo
y un – Te quiero.

Solamente dime…
¡Cómo no pensar en ti…!

Si yo estoy tan lejos
Pero tú...,
tan cerca de mí.

Muchas gracias amiga Elena 
por tu maravilloso aporte a mis letras.
Un honor escribir contigo. Tqm amiga. Bss.