DOLOR
¡Demonio
visceral!
¡Atroz
tormento de la oscuridad!
Yaces
aguardando en una esquina de mi alma
para
colmar tus sucios vacíos carnales,
con
tu lengua pegajosa de inmundicias,
ensuciando
todo lo que tocas.
¡Me
das asco!
Se
devuelve el estómago
al contacto de tu presencia
y
mi llanto quiebra los ahogos marchitos de la vida
que
se rompe en cristales grises
de
lo que fue un mañana de color.
¿Dolor
físico?
Eso
es apenas un escabroso eco
comparado con mi alma
que
se desgarra
y sangra el más vil de los deseos;
el
deseo de que te vayas para siempre.
El
deseo de saberte,
muerto.
Ésto, solo es una leve idea
de lo que viven miles y miles
de niños y niñas abusadas en el mundo,
desgraciadamente.
Di... ¡Alto! al abuso infantil.
Los niños merecen lo mejor. Ellos son ángeles que necesitan protección.
No los abandones ¡Por favor!
Me ha sobrecogido tanto dolor y ese deseo final... es de puro odio... y comprensible. Ningún niño debería descubrir el animal que esconde la humanidad.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa.
Así es mi preciosa amiga. Gracias por tu profundidad, apreciación y sentimiento que elevan a la grandiosa persona que eres. Me llena montones me acompañes. Un besote, amiga mía. Cuídate!
EliminarTremendo y sobrecogedor. Un reflejo muy real del dolor que llevan en su piel tantos niños y niñas víctimas de abuso. Me llevo y comparto. Saludos.
ResponderEliminarAsí es mi estimada, amiga. Una pincelada a su dolor. Gracias infinitas por extender este mensaje ya que es la única arma que tenemos los poetas _ Nuestra pluma. Es todo tuyo el poema. Honor me haces!
EliminarMe llena muchísimo tu bella compañía y apreciación. Un beso de cariño y mis mejores deseos para ti.