¡Adivina,
adivinador!
¡Adivina,
adivinador!
¿Cuál
de las flechas atina mejor?
La
tuya que certera se mostró como una hermosa flor,
Enamorando
y dejando tan solo dolor,
o
la mía que en su fuga,
un
corazón real flechó.
¡Adivina,
adivinador!
¿Cuál
de los arcos dispara mejor?
¿O
tú que te creías tan Cupido?
¿O
yo que disparaba sin intención?
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