¡DESNÚDAME!
¡Desnúdame!
Con un suspiro que embriague mi pecho,
con una mirada tan silente,
que estremezca mi cuerpo
y en estos labios rosados de seda,
queden gravados por siempre
tus besos.
¡Desnúdame!
con una palabra al oído,
directo,
con un susurro hecho verbo,
cuando al deshojar mis deseos
y desplegar mis alas,
me sienta volando
sobre tu cielo.
¡Desnúdame!
Con tu sonrisa elocuente
y ese tonto juego,
con el que aceleras mi pecho
cada que te pienso,
porque en la piel, mente
y alma por siempre te llevo.
Amar no es desnudar el cuerpo
si no,
desnudar el corazón...
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