ANTES DE QUE...
Déjame acariciarte,
secar tus mejillas,
porque es cruel el invierno
que te persigue y atosiga.
Déjame desdoblar tus labios,
y deslizarme con sutilileza
con mis dedos,
por los parajes de tu piel,
mientras la lluvia
se escurre por las hendijas
de esta agreste vida.
Déjame apretujarte
contra mi pecho,
bajo el calor de mi sangre,
y con toda mi ternura,
dividirte las penas,
sumando alegrías,
antes de que el frío
te invada el alma,
antes de que esta
terrible tormenta,
despliegue su apetito,
devorándolo todo,
incluso mi propia existencia.
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