¡DÉJAME!
¡Déjame!
Romper
los silencios que habitan tu cuerpo,
besando
despacio la orbe de tu fuego
y
calcinarme en las ganas de este eco
que vibra
consumado entre mi pecho.
¡Déjame!
Degustarte
sin miedos hasta la sal de tu templo,
bebiendo
cada gota derramada al pensamiento
y
sentirme Venus cabalgando en tu cielo,
extrayendo
cual pétalos, sudores tiernos.
¡Déjame!
Entregarte
completa mi piel de cordero,
y ser
una loba aullando sin miedos,
dichosa
de este amor intenso
que
llevamos alborozado aquí en el centro
¡Déjame!
Yo
sabré hacerte soñar como nunca
hasta que
volemos juntos al cielo.
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