EL AMOR PERDURA
(Basado en una historia real)
De la mano, como hace veinte años atrás, dentro del templo, esperan de
comienzo la ceremonia y en sus rostros no se puede esconder la felicidad.
Luis y Lucía dos adultos con muchas cosas en común habían
sido novios durante mucho tiempo, en un país donde la virginidad hasta el
matrimonio era un tema importante para las mujeres.
Luis se había cansado de esperar y producto de una traición
de su parte con una mujer que tenía muchos hijos pequeños, sucedió la
separación.
Lucía, no estaría dispuesta a vivir con la idea de que en
cualquier momento podrían engañarla de nuevo y así con todo el dolor de su alma,
decidió poner fin a esta relación y buscando nuevas oportunidades para
olvidarle, consiguió un trabajo en la capital, donde no tuviera que volver a
saber de él.
Luis, por su parte, sintiéndose abandonado y sin ninguna
esperanza, siguió frecuentando a la mujer, con la cual se casó y formó un hogar
del que nunca surgieron retoños con su sangre, pero fue el padre para todos
aquellos niños de su pareja y trabajando duro en la venta de artículos, pudo
sacarlos adelante.
Así fueron transcurriendo los años, mientras, los árboles
mudaron un millón de veces sus hojas, tanto, como la madurez de las personas va
cambiando y las circunstancias también .
La esposa de Luis enfermó gravemente y falleció, dejándolo
desolado. Los hijos de la pareja ya no eran parte del hogar porque cada uno
había tomado su camino, así que, más solo que nunca, continuaba su vida diaria.
Por su parte, Lucía, nunca se casó. No encontró ese amor en
nadie más y vivía feliz con lo que había logrado construir en la ciudad. No
tenía pensado regresar, pero su padre, quien estaba entrado en avanzada edad,
sufrió un accidente, que aunque no fue de gravedad significaba que ya no estaba
para cuidarse solo, por lo que abandonó su trabajo, recogió sus cosas y de nuevo
regresó al pueblo que la vio crecer. Al pueblo que la vió tantas veces de la
mano de Luis y el cual esperaba que formaran un hogar.
Volvió y recogió cada pedazo de su pasado, cada alegría, cada
tristeza, pero lo que nunca se imaginó es que en un abrir y cerrar de ojos, como
por arte de magia, sus pupilas se encontrarían de nuevo con las de Luis.
Ya con las heridas sanas y el corazón henchido de alegría por
el reencuentro, iniciarían una conversación que los llevaría a ponerse al tanto
de sus vidas y a descubrir que su camino siempre sería el mismo. Que a pesar de
la separación de tantos años y las mil experiencias vividas, su vida estaba
unida por un pequeño cordón invisible llamado destino.
Un sentimiento tan fuerte que fue capaz de mantenerse vivo
tantos años a pesar de las distancias y a pesar de otros amores, allí estaban
otra vez , en el mismo sendero, por lo que dándose las manos y con un beso de
amor, apasionado, sellaron nuevamente el compromiso y llevándolo delante de Dios, hoy esperan juntos esta
celebración, en la cual sueñan unir sus vidas para siempre.
El destino traza caminos tan extraños que más parecen laberintos, caminos por donde va corriendo ese hilo invisible e irrompible, que mantiene unido a dos seres aunque sean extraños, que al final terminaran unidos y viviendo enamorados.
ResponderEliminarUn enorme y afectivo abrazo Poeta querida, que prendado de tus versos y escritos sigo el hilo que me une a ellos. . .
ResponderEliminarPor y para siempre Túyyo, mi cariño, mi admiración y saludo.
Gracias mi querido amigo y mil disculpas por mis respuestas quizás un poco escuetas pero el tiempo se hace cortito hoy en día para cumplir con todo. Se que me comprendes y sabes que te agradezco con el alma. Todo mi cariño para ti, amigo. Besos y bendiciones.
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